CARTA A MI ALMA MATER
Miles de recuerdos vienen a nuestra memoria al pensar en nuestra Alma Mater. IAE es más que una institución, es una familia. Ser IAE es mucho más que exámenes, notas y boletines. Decir SOY IAE también es…
- Haber sido recibido a las puertas del colegio por la Mora Cuchi y haber participado de los actos de Shabat en preescolar con su inseparable pandereta.
- Alguien que te regala un “cuara” en el segundo recreo para comprar una bolsita de maní o unas cuantas pastillas de menta después de que te quedabas “limpio”.
- Tener tus recuerdos de infancia atesorados en las grabaciones de video del Señor Mario.
- Ese uniforme de gala que vió un sinfín de graduaciones, actos de Yom Haatzmaut, concurso de canastas de Shavuot y Juegos Florales, para terminar artísticamente autografiado por todos tus compañeros el último día de clase.
- Vivir en cuerpo y alma los Titans. Sacrificar horas de sueño, tiempo con la familia y amigos por ser parte del equipo, no sólo como jugador, sino también como padre de familia, equipo técnico o simplemente como entusiasta en cada partido.
- Cada 3 de noviembre llevar el uniforme mojado de la lluvia y el sudor pero la cabeza en alto, representando no sólo a nuestra patria pero también a nuestra alma mater.
- Graduaciones vividas, satisfacción por el camino recorrido, donde cada diploma es un fósforo que irradia luz sobre nuestro futuro.
- Los maestros y profesores que se convierten en mentores de vida, sus lágrimas furtivas al momento de decir adiós y el orgullo sentido por una labor bien hecha.
- Los amigos que conocimos antes de saber sobre letras y números, y que luego de 12 años de aventuras juntos se convirtieron en hermanos de vida.
- Cuando el alma se te estremece al cantar “Con paso firme valiente y decidido…” al reconocer los valores inculcados, lecciones de vida y memorias eternas.
La vida escolar es un período para la formación del carácter, la mente y el espíritu de cada mujer y hombre de bien. Las impresiones formadas durante este tiempo duran a través de toda la vida. Buenos hábitos, pensamiento racional, respeto a iguales y mayores, altruismo, amor a nuestro país e identificación con nuestra fe y cultura, y sobre todo nuestro sentido del deber como miembros de nuestra comunidad y nuestro país son los fundamentos que nos identifican como Einstianos.
Esta es mi Alma Mater. Esta es una parte de mi.